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la fundación es una organización sin fines de lucro que se propone contribuir al mejoramiento de la la vida de las personas, organizaciones y comunidades

Como organización forma parte de una Red Internacional que reúne personas y grupos de Francia, Alemania, Suiza, España, Brasil, Colombia, que promueve la Economía Solidaria, el Desarrollo Social Local, la Salud Comunitaria, el abordaje colaborativo de los conflictos, los Diálogos Públicos y las formas creativas de abordar los desencuentros humanos

Podrán visualizar más en detalle algunas de estas dimensiones en nuestro site: www.moiru.com.ar

mayo 05, 2009

¿Cómo educar a nuestros hijos?

¿Cómo educar a nuestros hijos?

Por Rolando Hanglin   Especial para lanacion.com

Nosotros, los padres actuales, tenemos dificultades para formar a nuestros hijos. Es un problema que se plantea en todo el mundo, más o menos con el mismo nombre: falta de autoridad.

Dicen que tenemos un sentimiento de culpa que nos impide poner límites. Primero, porque trabajamos demasiado (empujados por la sociedad de consumo compramos más cosas de las que podemos) de manera que compartimos poco tiempo con la familia. Segundo, porque en general somos divorciados, de modo que inevitablemente hemos provocado sufrimiento a los niños. Peor aún, nos hemos mostrado humanos, falibles, fracasados, furiosos, deprimidos, todo lo cual nos quita el pedestal de autoridad que siempre sostuvo a la figura de Papá y Mamá.

Sin duda esto es cierto. Pero algunos logran éxitos admirables.

¿Cómo hicieron, por ejemplo, Bill Gates (padre) y su esposa Mary para encarrilar a un muchachito insolente que en unos años se convertiría en el hombre más rico del mundo, un filántropo, un benefactor de la humanidad y un genio contemporáneo?

Gates era un típico abogado de provincias, con domicilio en la ciudad de Seattle. Su esposa, una esmerada ama de casa, que tuvo tres hijos y los educó con los típicos valores de la clase media estadounidense.

¿Cómo se vivía en la casa de los Gates? Metódicamente: todos se levantaban muy temprano. Mamá Mary los obligaba a estudiar con aplicación. Además, cada uno debía practicar un deporte y tocar un instrumento musical. Presentarse a comer a la hora indicada, correctamente vestidos, saludar a las visitas, ordenar su habitación, hacer la cama, etc, etc.

Muy temprano en la vida, Bill Gates hijo se reveló como un hijo-problema. Desordenado y desobediente, discutía todo lo que se le indicaba. A partir de los 11 años, las trifulcas con su padre, el doctor Gates, fueron resonantes. El padre era (y lo es ahora, a los 83 años) un hombre altísimo, de firme autoridad. Pero no lograba que el chico le hiciera caso.

Típico: lo mandaron al psicólogo a los 13 años.

- ¿Cuál es el problema, querido?- preguntó suavemente el psicólogo.

- Mis padres y yo estamos en guerra - respondió el chico.

- Ajá. ¿Y qué es lo que se discute en esta guerra?

- Sé discute quien manda. Si ellos o yo.

A los tropezones, los Gates fueron estableciendo algunos acuerdos con el adolescente infernal, según la clásica técnica del tira-y-afloja.

No faltaron momentos de alta tensión. Como una tarde, cuando el joven Gates contestó una impertinencia a su papá y éste, desbordado, le arrojó un vaso de agua a la cara.

- Gracias por la ducha - respondió el púber, sin que se le moviera un músculo.

De alguna manera lograron que el muchacho iniciara sus estudios en Harvard. Todo un logro, teniendo en cuenta lo difícil que había sido de muchachito. Pero los Gates tenían la virtud de no abandonar. Con discusiones, portazos, presiones sutiles y otras no tanto, mantuvieron la bandera con la divisa de su clase y su nación: estudiar, trabajar, madrugar, esforzarse, correctamente, puntualmente, prolijamente ... Por otra parte: ¿Qué desea un padre abogado para su hijo, sino un bufete igual, con la misma chapa?

Un día, Bill los sorprendió con la noticia de que abandonaba sus estudios en Harvard. "Una triste novedad para los padres, que habíamos impulsado con toda nuestra fuerza al hijo que amábamos. Sólo pretendíamos lo normal: que fuera a la facultad y trajera un título bajo el brazo".

En realidad, ya Bill Gates hacía cosas que no eran "normales" desde los 13 años. Pasaba la noche en la Universidad de Washington, usando las computadoras de la academia. Se empleaba como programador de una planta eléctrica cuando todavía no había cumnplido la mayoría de edad. Nada escandaloso: sólo raro.

Finalmente, y para angustia de sus padres, dejó Seattle y se radicó en Albuquerque, Nuevo Méjico, para fundar una empresa con su amigo Paul Allen. Esa empresa era Microsoft.

El joven Allen empalmó su vida plenamente con la sociedad del conocimiento, la cibernética, la era de la PC, y se convirtió rápido en el hombre más rico del mundo.

Pero esto tampoco era lo que sus padres habían soñado. También resulltaba un poco raro. Tan joven, tan rico, tan desmañado, y en una industria tan estrafalaria ...

-No puede ser, Bill -decía la madre-. Una persona no puede ser millonaria, pero tan millonaria como vos, sin ayudar al prójimo. Tenés que pensar en dar una parte de lo que ganás.

La prédica puritana de los padres, machacona como sólo los padres podemos serlo, acabó por agotar la paciencia de Bill Gates, que ahora era un hombre ocupado y estresado: "¡Basta por Dios, papá y mamá, déjenme en paz! Estoy tratando de hacer funcionar mi propia compañía ..."

La madre de Gates murió en 1994. Su padre, el insistente abogado, inmune a todos los rechazos, siguió presionando a Bill para que donara una parte del dinero que estaba ganando. Porque su fama de millonario atraía pedidos del mundo entero: escuelas, asociaciones vecinales, ONG s, sociedades de beneficencia, hogares de huérfanos, asociaciones de caridad para refugiados, le dirigían cientos de solicitudes en todos los tonos. Pero era imposible atenderlos sin formar una empresa exclusivamente para ese fin, pues se trataba de administrar millones de dólares en beneficencia.

Finalmente, Bill Gates hizo caso a sus padres. Primero, adelantó su propio retiro, que había planeado para los 60 años. Y segundo, designó a su propio padre, el tesonero abogado octogenario, al frente de la "Fundación Bill y Melinda Gates".

Este buen señor administra un fondo de 30.000 millones de dólares. Exclusivamente con fines benéficos. Por otra parte, el propio Gates hijo ya no hace negocios. Tal vez considere que, al día de hoy, hizo demasiados.

A mi modo de ver, estos dos padres duros como la roca y generosos como santos (nunca pidieron nada para ellos) transmiten con su conducta un mensaje para papás y mamás de hoy: aunque te digan antiguo, ridículo, autoritario, transmití tus sentimientos. Tus hijos acabarán por escucharte, aunque ya estés en la tumba, como la pobre Mary Gates. La educación también es una batalla que debemos afrontar sin pudor. Atravesando portazos y desplantes, visitas al psicólogo, situaciones que no comprendemos y que no nos gustan. Tesoneramente, hasta el fin.



mayo 04, 2009

murio augusto boal, creador del teatro del oprimido

Falleció Augusto Boal; el escenario como catalizador social, su doctrina proponía un sistema que facilitara a la gente actuar en la ficción para tornarse sujetos activos de su vida. Por sus ideales democráticos fue torturado por la dictadura brasileña en los años 70
Carlos Paul

Uno de los creadores escénicos más reconocidos, el brasileño Augusto Boal, falleció el pasado 2 de mayo a los 78 años, a causa de una insuficiencia respiratoria y tras una larga lucha contra la leucemia. Considerado como una amenaza para la dictadura que gobernó Brasil entre 1964 y 1985, por lo cual fue encarcelado y torturado, Boal fue creador del denominado Teatro del Oprimido, cuyo afán es hacer accesible el lenguaje teatral, como método pedagógico y forma de conocimiento para la transformación de la realidad social. Con influencia del teatro de Bertolt Brecht, la propuesta de Boal fue plantear en el teatro las distintas formas de opresión de las que es víctima el ser humano, al hacer subir al espectador al escenario, al lado de los actores.

De acuerdo con la Declaración de Principios de lo que hoy día es la Organización Internacional del Teatro del Oprimido, el propósito es humanizar a la humanidad, a partir de la idea de que “cada ser es capaz de observar la situación y de observarse a sí mismo en situación. “Ofrecer a cada uno, según su problemática, un método estético para analizar su pasado en el contexto de su presente, para inventar su futuro sin esperar a que llegue. Se aprende cómo sentir, sintiendo; cómo pensar, pensando; cómo actuar, actuando; qué hacer como individuos o grupo, que por razones sociales, políticas, culturales, de raza o de sexualidad se encuentran desposeídos de sus derechos.

Ensayo para la realidad

El Teatro del Oprimido es un ensayo para la realidad, un sistema estético que facilita a la gente actuar en la ficción del teatro para transformarse en protagonistas, sujetos activos de su vida. Hoy día se practica en más de 70 países, y lo hacen campesinos, trabajadores, maestros, estudiantes, artistas, trabajadores sociales y sicoterapeutas. Ha servido tanto para programas de alfabetización y en cárceles, como para discutir en la calle los problemas o las leyes que afectan al ciudadano común. Boal fue nominado para el Premio Nobel de la Paz en 2008. En marzo de este año recibió el reconocimiento de Embajador Mundial del Teatro, por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco). Hijo de campesinos portugueses que se establecieron en Brasil para mejorar sus condiciones de vida, a los 10 años Boal empezó a dirigir a sus primos y hermanos en pequeños montajes destinados a amenizar las reuniones familiares de los domingos. A los 22 años, con la intención de cursar estudios de ingeniería química, se trasladó a Estados Unidos; sin embargo, terminó por estudiar arte dramático en la Universidad de Columbia, en Nueva York.

La casa del otro lado de la calle es la obra en la que se perfilan los rasgos característicos de su propuesta teatral. Boal regresó a su país en 1995, y se hizo cargo de la dirección artística del Teatro de Arena, de Sao Paulo, agrupación para la que escribió y estrenó la obra Revolución en América del Sur, en 1961. Junto con Gianfrancesco Guarnieri fundó el Seminario de Dramaturgia del Teatro de Arena.

Foto
El creador escénico brasileño en un acto donde lo reconocieron con el premio Cross Border, por la paz y la democracia, en abril de 2008, en el Abbey Theatre, en IrlandaFoto tomada de la página de Internet de la Compañía Nacional de Teatro de Irlanda Según especialistas, dicha obra marcó en Brasil un alejamiento de las técnicas realistas que imperaban en las artes escénicas de entonces, pues incorporó elementos brechtianos, teatro de revista y de circo.

De aquella década son las obras José, del parto a la sepultura; Juicio en el nuevo sol, y Golpe a galope, entre otras. En 1965, junto con Guarnieri, hizo la serie Arena Cuenta, que narra la lucha por la liberación del pueblo mediante personajes históricos brasileños. Su interés por los musicales lo llevó a realizar Arena canta Bahía, con Maria Bethania, Gal Costa, Caetano Veloso y Gilberto Gil, entre otros. En 1968 escenificó Luna pequeña y la caminata peligrosa, montaje que dedicó a la lucha del Che Guevara en Bolivia. En 1969, en plena dictadura, escribió Bolívar, labrador del mar.

Cárcel, tortura y autoexilio

Boal desarrolló el teatro periodístico en 1970, dramatizaciones elaboradas a partir de las noticias de la televisión o el periódico. Un año después, a principios de 1971, fue encarcelado y torturado; tras su liberación, el teatrista se exilió en Argentina, país donde escribió Torquemada, obra en la que representa la prisión y el sistemático uso de la tortura; en esa ápoca comenzó a experimentar la técnica del Teatro Invisible. En Perú puso en práctica el llamado Teatro-Fórum, en el que el espectador remplaza al actor para plantear su solución a un determinado problema. En París, Francia, invitado por la Sorbona, dio clases, dirigió obras y fundó el Centro de Teatro del Oprimido. En la década de los 80, Boal llevó a Brasil el Teatro-Fórum. En los años 90 del siglo pasado destacaron la escenificación de Somos 31 millones, ¿y ahora?, la edición de Método Boal de Teatro y Terapia y su trabajo en prisiones de Sao Paulo. Boal fue elegido concejal en 1993 por el Partido de los Trabajadores, en Río de Janeiro. Vehemente, inquieto e innovador, revolucionó el Parlamento con su proyecto Teatro Legislativo, cuyo propósito era transformar al elector en legislador. Le preguntaba a la gente qué era lo que quería; no fabricaba leyes de forma arbitraria. Y eso, los políticos no podían soportarlo, explicó en algún momento Boal.

Con más de 20 libros publicados, entre obras de teatro, novelas y ensayos, sistematizó su teoría en Categorías del Teatro Popular, 200 ejercicios y juegos para el actor y no actor con voluntad de decir algo a través del teatro, Técnicas latinoamericanas de Teatro Popular, Teatro Legislativo y Teatro del Oprimido y otras poéticas políticas, éste traducido a más de 25 idiomas. Entre sus últimas actividades realizaba un proyecto nacional en colaboración con el Movimiento de los Trabajadores Rurales Sin Tierra, que se aplicaría en 15 estados de Brasil.

El cuerpo de Augusto Boal fue cremado ayer en el Cementerio de Cajú.