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la fundación es una organización sin fines de lucro que se propone contribuir al mejoramiento de la la vida de las personas, organizaciones y comunidades

Como organización forma parte de una Red Internacional que reúne personas y grupos de Francia, Alemania, Suiza, España, Brasil, Colombia, que promueve la Economía Solidaria, el Desarrollo Social Local, la Salud Comunitaria, el abordaje colaborativo de los conflictos, los Diálogos Públicos y las formas creativas de abordar los desencuentros humanos

Podrán visualizar más en detalle algunas de estas dimensiones en nuestro site: www.moiru.com.ar

marzo 07, 2009

narrativas

Reflexiones: Narrativa y credibilidad.

Raul Acosta en La Capital

Una de las cuestiones fundamentales, realmente de fondo en la relación de los votantes y sus representantes, es la credibilidad. Tengo dicho, ahora lo repito: todo buen representante debe narrar una historia creíble.

No necesita ser verdadera, real, o sí, si lo prefiere, pero no es el eje. Debe ser creíble. En la calidad del relato está la adhesión.

Un buen narrador sostiene sus votos, los aumenta.Un buen embustero también. Es lo mismo.  Cuando la superchería aparece los votos desaparecen.

No hay quien crea que en las democracias directas se encuentra la solución (¿quién puede pensar hoy en asambleas populares decidiendo la política argentina y sus ejecutores?) Apelan, apelamos a las democracias indirectas y aceptamos que nos cuenten un cuento. Una buena historia. Por ella delegamos un poder que nunca supimos que poseíamos.

No hay filmes sin buenas historias, no hay obras de teatro sin su basamento: el texto. No hay novela sin calidad de relato que, como corresponde, no es calidad ortográfica, simplemente calidad de relato. A mejor calidad de relato mejor novela. También en la política. Vamos, la Biblia es un fenomenal relato y su transmisión una formidable historia a la que adherimos muchos. Hay otras, con igual o superior nivel de adhesión. Con permanencia tras siglos y siglos.

En Argentina, en el siglo XX, un hombre hizo de sus actos su propio relato. Lo ayudó la coyuntura histórica. Su capacidad hizo el resto. Perón es su relato. También Fangio, Favaloro, Lisandro de la Torre. En sus vidas hay un punto de drama y de conexión con todos. El relato dramático aprisiona, apasiona. Al quedar conectados aceptamos. Amor y odio para vivir eternamente. No existe la pasión si se ignora o desconoce. Hay muchos personajes con historia y amor/odio. Algunos ni siquiera de existencia real. Mafalda genera una adhesión sin que sepamos que es una historieta, un dibujito. Es eso, pero es un buen relato. Evita sostiene este juego llevándolo al infinito. No es desacertado lo de Lloyd y Weber. En su visión El Che, Evita y Perón pertenecen al relato de Argentina. A qué separarlos si están en la misma gaveta de geografía y de credibilidad. Su ópera los une. Lo hace bien, se convirtió en otro relato creíble.

En estos momentos el país, mi país, se encuentra en una encrucijada difícil, muy difícil. No es creíble el relato. Ya no es creíble. No funciona el ayuden a mi mujer. No pasa el cedazo la conspiración que se viene, el oculto enemigo que acecha, la sinarquía internacional, el mundo que se derrumba, la bestia yanky, el FMI como enemigo mortal. Nada. Ya no miramos la escena, miramos detrás de la escena. Estamos en el -permítanme usar palabrejas- en el backstage de los Kirchner y su versión atrasada de una revolución setentista leída en los resúmenes lerú.

Para no salir de la democracia representativa, el mandato que delega el poder, el recambio, el 2011 es una lejanía cuando no tenemos abril en los idus de marzo. Nos comimos el futuro, la esperanza, nos comimos la capacidad de creer.  El que no cree es un ciego nuevo, no se anima a caminar a lado alguno. Así estamos.

Néstor Kirchner (no lo hizo sólo, todos ayudamos un poco) nos ha dejado en este sitio de nuestras vidas donde no hay ayer entrañable y el mañana no tiene asidero, es inasible. La única lamentación posible, para este muchacho de rostro raro y pensamientos inaudibles, es que nadie allá, en el lejano sur donde nada se sabe del humus feraz y el destino agropecuario del país, le leyó la fábula número 280 de las 335 fábulas atribuidas a Esopo.Toda lamentación es tardía. Ojalá la lean sus hijos a sus nietos, si es que los condena a vivir en éste, el país que está diezmando.

Para que no la busque en el Google. Es ésta. Deberíamos repasarla todos. Disculpen el lenguaje, es español: "Un pastor estaba guardando su rebaño no lejos del pueblo, y pensó que sería divertido asustar a los vecinos diciendo que los lobos atacaban al rebaño. En consecuencia, empezó a gritar: «¡Que viene el lobo! ¡El lobo!», y cuando llegaron a toda prisa los vecinos, él se rió de sus temores. Repitió la broma varias veces, y los campesinos una y otra vez vieron que habían acudido a la carrera inútilmente. No obstante, un día, vino el lobo realmente y el pastor gritó: «¡Que viene el lobo! ¡El lobo!», lo más fuerte que pudo. La gente del pueblo estaba ya tan acostumbrada a oírlo que nadie le hizo caso ni corrió en su ayuda. Y el lobo, sin encontrar resistencia, pudo comerse todas las ovejas". Moraleja: a un mentiroso no le cree nadie ni cuando dice la verdad.



marzo 01, 2009

esto no es "genocidio"?

La situación en Zimbabwe ha llegado al punto en que la comunidad internacional estaría totalmente justificada de emplear la fuerza para arrestar a Robert Mugabe y llevarlo a juicio. ¿Por qué ahora? Los crímenes de Mugabe fueron lo bastante horrorosos en el pasado. Pero eran crímenes de un gobierno electo. Y no quedaba totalmente claro que cruzaran el umbral capaz de justificar una intervención armada.
En los 80, Mugabe ordenó a sus fuerzas especiales, entrenadas por Corea del Norte, que asesinaran a un grupo étnico distinto del suyo, en la provincia de Matabeleland. Ha castigado a distritos que no votan por él por medio de recortes indiscriminados en la distribución de alimentos.
Pero esas órdenes no alcanzan el nivel de “genocidio”. Sus soldados pueden haber participado alguna vez en el saqueo de los recursos de Congo, pero esto tampoco califica como una invasión o una ocupación. Zimbabwe no es un refugio ni un paraíso de terroristas internacionales buscados por Europa o EE.UU., tampoco toma parte en el mercado negro internacional de armas de destrucción masiva. Pero la situación se ha alterado recientemente.
El punto de inflexión es la pobreza, que ha sido el caldo de una epidemia de cólera. Miles han comenzado a cruzar las fronteras, sobre todo hacia la vecina Sudáfrica, llevando su enfermedad con ellos.
Esto significa que Mugabe ha hecho de sí mismo un problema internacional, desestabilizando a sus vecinos. Si actualmente se oyen con algo de fuerza las voces de gente como Desmond Tutu, o Graça Machel (la esposa de Nelson Mandela), que empiezan a insistir en que se adopte una acción regional para sacar a Mugabe del poder, se debe a que el mandatario ha ido demasiado lejos al desplazar a los enfermos hacia el territorio de los países vecinos. Es una especie de guerra biológica.
Tampoco es un detalle el hecho de que Mugabe haya sido derrotado en la última elección a pesar de que usó la maquinaria del Estado como si fuera propiedad privada de su partido de gobierno. La Unión Europea, por ejemplo, no admitiría a ningún Estado que no tuviera una democracia parlamentaria en funciones, y expulsaría de su seno a cualquier miembro que revirtiera la democracia hacia un gobierno de facto (ésta es una de las irónicas razones por las cuales los islamistas turcos son tan gustosamente proeuropeos).
Alguna vez pude compartir algunos momentos con el fotógrafo Sebastián Salgado, enviado especial de la Unesco para la erradicación de la polio. En 2001 visitamos Calcuta y partes de Bengala. Basta con que algunos bolsones resistan a la inoculación para que esta enfermedad infecciosa regrese con virulencia sobre porciones de territorios vecinos. Y en ciertas áreas de militancia musulmana, en las que se cree que la inoculación es parte de un plan para esterilizar a la gente, los médicos y enfermeras de la campaña han sido asesinados por ser “intrusos imperialistas”.
Como resultado, la polio vuelve a extenderse. Esto hace que el área tribal de Pakistán sea una zona de responsabilidad internacional antes que una preocupación interna del país. Puede que no sea del todo una coincidencia el hecho de que los talibanes y Al Qaeda nazcan de la misma fuente.
Es por eso que propongo que los derechos humanos y la epidemiología puedan ser socios naturales. Zimbabwe puede ser un excelente laboratorio en el cual someter a prueba esta idea de que las dos clases de salud están relacionadas.
Un banquete millonario televisado para mendigos
“Si hay hambre, que no se note”, habrá pensado Robert Mugabe al organizar las celebraciones por su 85o cumpleaños. Mientras el nuevo primer ministro Morgan Tsvanirani, en el cargo gracias a un pacto que abrió el gobierno a la oposición, calculó en cinco mil los millones de dólares necesarios para sacar a Zimbabwe de la quiebra, el octogenario líder gastará en su honor una parte todavía no calculada, pero significativa, de esa cifra.
En Sudáfrica afinan el lápiz y ya tienen todo listo para satisfacer las demandas de Mugabe: ocho mil langostas, dos mil botellas de champagne francés, quinientas botellas de whisky, cuatro mil porciones de caviar, tres mil patos, dieciséis mil huevos, ocho mil cajas de bombones y tres mil tartas de chocolate.
Mientras tanto, el país sufre la peor hambruna de su historia y el cólera avanza entre una población empobrecida: en los últimos meses sumó 80 mil casos y casi 3.800 muertes.