Esta es la foto que aparece en el perfil de la organización ambientalista contra el establecimiento de una usina a base de carbón en la provincia de Santa Cruz. (Foto: Greenpeace)
La plataforma cibernética es la nueva herramienta empleada por los ambientalistas para contrarrestar el avance de la usina termoeléctrica anunciada por el ex presidente Néstor Kirchner allá por 2004. Según los demandantes, la planta liberará a la atmósfera 4.975,2 toneladas de CO2 diarios -elemento gaseoso determinante en la descomposición del ozono y principal causante del calentamiento global- y provocará el derretimiento de los bloques de hielo que recubren el sur nacional, los principales reservorios de agua dulce argentinos.
“Defendé a los Glaciares. Decile No al carbón” que encabeza el perfil de Facebook se complementa con los más de 93 mil correos electrónicos enviados a la Presidente para que abandone el uso del combustible fósil como fuente de energía e impulse la energía eólica en Argentina.
“La usina de Río Turbio es el primer paso de un plan para comenzar a utilizar a gran escala el carbón como fuente de energía. Una total irracionalidad ambiental y económica que debemos evitar, ya que Argentina tiene muchas y mejores opciones para desarrollar en materia energética”, explicó Juan Carlos Villalonga, Director de Campañas de Greenpeace.
Sin embargo, esa mirada contrasta con la de la primera mandataria quien en marzo pasado, cuando se abrieron los sobres de la licitación para la obra de interconectado Pico Truncado-Río Turbio, manifestó que “nadie ama y defiende a los glaciares más que esta presidente”, a la vez que se dirigió a los reticentes al proyecto para “dejarlos tranquilos de que el medioambiente de Santa Cruz se va a cuidar”.
Esas palabras no mitigaron la fuerza de la organización que en el correo dirigido a Cristina le recuerdan sus obligaciones. “En relación a la cuestión climática, con frecuencia se repiten expresiones tales como que Argentina `no tiene compromisos´. Esa expresión es falsa, una gran equivocación. (…) Argentina, al ser parte de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático (1992) asume compromisos de reducción (Artículo 4). Luego, al ser también parte del Protocolo de Kyoto (1997) ese compromiso se repite en su artículo 10. Es decir, nuestro país, como parte de esos acuerdos, debe formular políticas de mitigación”, manifestó.